lunes, 30 de junio de 2008

Una copa con... Difuntos Correa

La Difunta Correa es una figura mítica de Argentina y de Chile por la que muchos argentinos y chilenos sienten una gran devoción, pero que la Iglesia Católica nunca ha reconocido.
Durante las guerras civiles entre unitarios y federales, a su paso por la aldea de Tama, la soldadesca de Facundo Quiroga, que viajaba rumbo a San Juan, obligó al marido de Deolinda Correa, a unirse a las montoneras, lo que hizo que Deolinda, angustiada por la enfermedad de su marido y deseosa de reunirse con él en San Juan, tomara a su hijo lactante y siguiera las huellas de la tropa por los desiertos de la provincia de San Juan, llevando consigo sólo algunas provisiones de pan y charque y dos chifles de agua.
Cuando se le terminó el agua de los chifles, Deolinda se estrechó a su hijito junto a su pecho y se cobijó debajo de la sombra de un algarrobo; allí murió a causa de la sed, el hambre y el agotamiento. Sin embargo, cuando tres arrieros pasaron por el lugar al día siguiente y encontraron el cadáver de Deolinda, su hijito seguía vivo, amamantándose de sus pechos, milagrosamente vivos. Los arrieros, que conocían a Deolinda puesto que eran vecinos de Malazán, donde ella era muy querida por sus virtudes y buenas acciones, la enterraron en las inmediaciones, en Vallecito, y se llevaron consigo al niño, que tuvo una vida próspera y feliz.

Hoy nos tomamos una copa con el grupo Chileno de rock "Difuntos Correa", que tomaron el nombre de la Santa, esperando que se obrase un milagro que les mantuviera vivos por muchos años en el panorama musical, milagro que, dada la calidad de sus trabajos, no fue necesario para que llegasen de manera fulgurante al número uno de las listas de su país.

Entrevista: Myriam Apúntate



Myriam: ¿Cómo es el trabajo de Difuntos Correa?, ¿cómo nace uno de vuestros discos, como le imprimís vuestro propio estilo…?
Andrés: Nuestros discos son como una foto de un momento anímico. En nuestro primer disco, nosotros llegamos de forma muy intuitiva a la música y a las canciones. Todos veníamos de diferentes escuelas y universidades de arte de Chile. Yo, por ejemplo, estudiaba interpretación, algunos de mis compañeros estudiaban en un conservatorio clásico, otros estudiaban arte plástico…, y la verdad es que creo que todo eso enriquece mucho a la banda.
El tema de cómo componemos, tiene mucho que ver con la interacción de todos. Independientemente de que yo llegue con una base de acordes, una melodía y una letra, la canción de termina de componer en el arreglo, y es en la interacción de nuestras propias inquietudes donde se va armando el sonido, por eso creo que nosotros podríamos hacer sonar una canción cualquiera con nuestros propio toque. Digamos que eso sería “re-componer” la canción.

Myriam: ¿Y de dónde vienen vuestras influencias?
Carlos: Yo creo que hay como tres colores. Andrés, por venir del mundo del teatro, nos aporta una faceta más expresiva, más histriónica, los muchachos del conservatorio aportan lo clásico y lo tropical también, porque la escuela de donde ellos vienen está influenciada también por música latina y festiva, y nosotros, los coyhaiquinos, que somos del sur, a través de nuestro aislamiento geográfico, recibimos información muy freak, me refiero a radios rurales que emiten canciones de hace mucho tiempo…

Andrés: Por ejemplo, Carlos, de España, lo que más conoce es la música de Camilo Sesto… ¡le encanta!. De hecho cuando se casó, nosotros le preparamos una versión de “Algo más” y se la tocamos en la ceremonia.

Carlos: Imaginate la mezcla de influencias, Camilo Sesto, The Beatles, Salvatore Adamo, el folklore popular de nuestra tierra, obviamente somos rockeros también y nuestra música es rockera, pero incluso hemos escuchado mucho a Nino Bravo a través del A.M. de la radio.

Myriam: Así que os será difícil el poder ponerle un nombre a vuestro tipo de música, ¿no?, el poder llegar a definirlo…
Carlos: No hay que pasar por alto, que Chile es un lugar que está en todo momento en tensión, por el tema de la identidad por ejemplo, y a nosotros nos ocurre lo mismo, que queremos tener nuestra propia identidad musical, pero es difícil, por todo esto que te decimos, el poder llegar a definir nuestro estilo.

Andrés: Si bueno, aunque alguna vez decimos que es “rock rural”, jajaja.

Myriam: ¿Os pilló el éxito por sorpresa?, ¿entraba en vuestros planes a corto plazo que todo esto pasará?
Andrés: Mira, nosotros estábamos estudiando en nuestras escuelas de arte, como te comentábamos, y nos juntábamos en un garaje a ensayar y a poner un poco en marcha esta banda, pero nunca fuimos conscientes de que esto podía llegar a pasar, hasta que ganamos un concurso, grabamos unos temas, el primer tema que sacamos llegó a ser número uno en Chile, el segundo también y el tercero también... Y entonces nos encontramos con tres canciones nuestras sonando… y sin saber tocar muy bien, jajajaja.

Myriam: Entonces… ¿lo bueno de los temas era la letra? jajaja
Andrés: Nooo, jajaja, nuestras ideas musicales eran buenas, pero apenas teníamos experiencia sobre un escenario, no habíamos tenido nunca buenos equipos… Fuimos como un grupo lanzado arriba de un escenario sin más. Pero eso nos ayudó a cerrar el círculo y terminar de aprender y madurar como grupo.

Carlos: Claro es que la mayoría de las bandas comienzan a rodar y actuar en muchos sitios, aunque sean pequeños, antes de tener la oportunidad de poder grabar un disco, pero nosotros, al ganar el concurso y sacar el disco, comenzamos la gira enseguida y ya en ese primer año de gira dimos 103 recitales por todo Chile… ¡y el segundo 106!

Myriam: Habéis tenido aforos realmente multitudinarios, sobretodo cuando habéis participado en festivales, si así no se cogen tablas… jajaja
César: Si claro, ha venido a vernos mucha gente, pero es que hay que entender que allá en nuestro país la gente no está muy acostumbrada a pagar mucho dinero por acudir a un concierto, entonces esperan a los actos gratuitos que ofrecen las grandes marcas. Nosotros, por ejemplo, hemos actuado en pueblo de 10.000 personas, donde han acudido a vernos… 10.000 personas, jajaja, porque ponen el escenario en medio de la plaza del pueblo y acude, no sólo la juventud, sino todo el pueblo, porque hace ya mucho tiempo que no ha habido ninguna otra actuación en el pueblo.
Myriam: No seáis modestos, que he leído las cifras en Internet y habéis llegado a actuar para 50.000 personas en un festival.

Myriam: Cambiando de tercio, hace un par de meses, leí que habíais visitado una cárcel en Chile, para ofrecerles un concierto a las personas que cumplían condena ahí. ¿Qué me podéis contar de esa experiencia?
Carlos: Estuvimos unas ocho horas, pero al día siguiente estábamos agotadísimos. Ya no se si es que estábamos deprimidos mentalmente o qué, pero fue algo muy intenso. Sentimos como si la energía nuestra, se la quedasen ellos, y eso que la cárcel que nos tocó visitar, era una cárcel contemporánea, moderna digamos.

Myriam: ¿Eran presos de delitos menores?
César: No, no, había gente presa por todo tipo de delitos, desde tráfico de drogas, hasta asesinatos, y para ellos el ver nuestro concierto, por lo que nos explicaron los guardias, era un premio.

Myriam: ¿Qué os motivo a acudir allí?
Carlos: Nosotros nos lo tomamos como el acercarle un poco de cultura a gente que lleva mucho tiempo presa, y de la que al fin y al cabo lo que se espera es la reinserción

Myriam: La verdad es que no es raro el veros participar en iniciativas solidarias como esta, podría decirse que sois un grupo bastante solidario y bastante abierto a buscar un hueco para colaborar con quien más lo necesita, ¿no?
Andrés: Pero lo cierto es que no nos gusta la etiqueta de “grupo solidario”, porque no es algo planeado, es simplemente que tratamos de ser lo más humilde posible y si nos llaman para este tipo de cosas, pues da por hecho que siempre que podamos vamos a ir. No nos gusta la gente que cambia al alcanzar el éxito, a nosotros siempre nos ha gustado más mirar el mundo de frente que desde arriba.

Myriam: ¿Esperabais con ilusión el poder cruzar fronteras y visitar otros países?
Carlos: Nuestra expectativa ha sido siempre que nuestra música pueda viajar, para lo cual siempre nos ha venido muy bien Internet, ya que hace que puedan conocernos antes de visitar un país, pero luego nos gusta que nuestro directo, nuestra presencia física, pueda itinerar, no sólo por los rincones de Chile, sino por todo el mundo. Nos gustaría crear lazos de amistad por todo el mundo.

Myriam: ¿Queréis lanzar un mensaje al público español para que se anime a ir a vuestros conciertos?
Carlos: Me gustaría invitarlos a conocer nuestra música y que escuchen nuestras letras. Me gustaría que esta entrevista sea una carta de invitación bien recibida para que nuestra banda pueda tener la posibilidad de crear amistad y vínculos, eso nos interesa mucho, ya que creemos que el arte, la música, tienen que ver con la comunicación, con el feedback entre pueblos, y nuestra música es alegre, es un rock que de alguna manera genera fiesta, algo siempre bueno.

Myriam: Bien chicos, y ya para terminar… ¿con quién os tomaríais una copa?
Difuntos Correa: Con Tako, porque ha sido un placer compartir con ellos tantos momentos, y porque esperamos que nos queden muchas copas por compartir.

Myriam: Pues os deseo todo lo mejor, ¡y ahora al escenario y a darle caña!


http://www.difuntoscorrea.cl/


www.myspace.com/difuntoscorrea

domingo, 22 de junio de 2008

Una copa con...Enrique Falcón

"Lo que antes ha de hacer un artista comprometido es comprometerse, en la calle, en las organizaciones. Sólo si ese compromiso se da, podremos esperarlo también en su faceta creativa y artística".




Enrique Falcón es uno de los poetas más importantes de la Poesía de la conciencia y una de las voces más coherentes, combativas y necesarias de nuestro panorama literario actual.


Entrevista: Sonia San Román
Fotografías proporcionadas por Enrique Falcón


A diferencia de otros autores de temática social tus poemas se alejan en muchas ocasiones de la sencillez estructural o del coloquialismo lingüístico. ¿Quiere esto decir que para ti el poema es mucho más que un arma política? ¿Piensas que un artista comprometido debe antes comprometerse con el arte?
-Sí: un poema, como artefacto de palabras, es un texto político y es mucho más que eso. Pero, de todas formas, lo que antes ha de hacer un artista comprometido es comprometerse, en la calle, en las organizaciones, como cualquier otro ciudadano: sólo si ese compromiso se da, podremos esperarlo también en su faceta creativa y artística. Por lo demás, doy por mínimo exigible ese compromiso con la creación literaria del que hablas: ojalá de verdad lo mantuviera con rigor (visto lo que escriben) la mayor parte de los poetas que repiten como loros la consigna de que no debería mezclarse poesía y política.


¿Qué implica ser un poeta de la conciencia?
-Entre otras cosas, jamás presuponer que ya hemos dominado y reconocido a ese sutil enemigo pacificado que nuestra cultura ha interiorizado en nuestras conciencias. Y partir de un profundo descontento ante la suerte actual de nuestra literatura: jamás terminar satisfecho con lo que acaba de escribirse.

¿Cuáles son y cuáles han sido tus autores de referencia?
-Apunta, aunque aquí van sólo poetas: Maiakovski, Roque Dalton, el Segundo Isaías, Cardenal, Vallejo, Rimbaud, de Rokha, San Juan de la Cruz, Gamoneda, Rojas, Viñals, Holan, Celan, Brecht, el Lorca de NY y el Neruda del Canto General.


¿Qué supuso para ti ser el ganador del Premio Nacional Antonio Machado de poesía, el accésit nacional del Gerardo Diego en el año 92, el accésit al Premio Adonais o el premio Ojo Crítico a La marcha de 150.000.000 como mejor libro de poesía publicado en España durante el 98?
-Todo aquello, ya lejano, supuso por lo menos un par de cosas: la posibilidad de visibilizar un poco más, gracias a esos premios, la fase inicial de mi trabajo; y, después, una vez conseguido eso, la decisión consciente de no presentarme jamás a ningún otro premio literario.

En cuanto a La marcha de 150.000.000 he leído que su edición definitiva se publicará próximamente con la Editorial Eclipsados, que será ilustrada por Enrique Cabezón (Kb) y que contendrá la totalidad del poema. Háblanos un poco sobre este proyecto.
-Se trata de un largo poema único. Compuesto, (ufff), de 5.000 versos. Empecé a escribirlo hace quince años, a raíz de esta petición que me llegó de un guerrillero centroamericano comprometido con las causas populares de su región: «...Me gustaría leer, compañero, sobre su marcha interna que acompaña, indudablemente, con carne y sangre, esa marcha de los 150.000.000. Además, que cantara la canción de los que se quedan haciendo la resistencia de la vida, porque –según creemos muchos– de aquí se van generando verdaderas alternativas para la esperanza, que alcanzarán a aquellos que han marchado». El poema se publicará, en efecto, dentro de poco y cuenta con una maquetación (la de Kb) que ya es, de por sí, una verdadera obra de arte.

Con respecto a tu vida, si no me equivoco, eres miembro de la Comunidad de Vida Cristiana Ignacio Ellacuría y del Voluntariado de Marginación Claver de Valencia. También fuiste insumiso al Ejército y a la Prestación Social Sustitutoria y objetor fiscal a los gastos militares. Creo que es admirable tu valentía y tu coherencia ideológica. Supongo que no habrá sido fácil.
-Nada resulta fácil aunque, si lo miramos un poco mejor (dado el entramado de organizaciones y acciones políticas que se están dando cita en nuestro ámbito más próximo), quizá sí, porque hay en ello muchos/as compañeros/as cómplices trabajando y apoyando al lado. No hace mucho me llamaron, tras dar un recital en EEUU, “poeta antiglobalización”: no me quedó más remedio que apuntar que, sólo en las redes sociales y políticas en las que me voy moviendo, habría centenares de personas (poetas y no, qué más dará) gozosamente implicadas en proyectos de vida antagonista.

Por último, la pregunta obligada de nuestra web. ¿Con quién te tomarías una copa?
-Si la copa incluye propiedades psicofónicas, con alguno de mis abuelos, a quienes jamás conocí. Y, si esto no es posible, con uno de los más interesantes representantes del cristianismo socialista en Latinoamérica: Hugo Chávez.

Muchísimas gracias por tu tiempo, Enrique. Un fuerte abrazo.
-A vosotros, hombre, ha sido un placer.

domingo, 15 de junio de 2008

Una copa con... Tito Dávila








"España es un país donde todo argentino se siente como en casa. Si hemos influido en su música no lo sé, pero ayudado seguro"














Entrevista: Marta Pérez y Rosalía Sierra.


Cómo y cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte a la música?
- Ya desde niño.

¿Cómo fueron tus comienzos?
- Desde niño me sacaba de oído temas de los Beatles (y otros, claro) y así empecé, pero sin imaginar hasta muchos años después que me dedicaría profesionalmente a la música.

¿Qué influencias tienes?
- Beatles, Stones, Zeppelin, Genesis… todos de la vieja época, Y de Argentina, como Spinetta, claro, Charly, Nebbia, etc.

Dicen que el rock argentino de finales de los 70 y los 80 revolucionó la música en español, y Enanitos verdes fue uno de los grupos culpables de esta revolución. ¿Qué opinas al respecto?
- Más que revolución me parece que fuimos pioneros porque, a pesar de que México tomó la iniciativa en el rock en castellano, Argentina luego lo siguió haciendo en todas las etapas del rock anglosajón.
Y con Los Enanitos Verdes éramos ya músicos que habíamos crecido escuchando esas dos fuentes tanto en inglés como en castellano.

Cuando este movimiento musical empezó a pasar por horas bajas, muchos artistas argentinos recalaron en España. ¿Cómo crees que influyó vuestra llegada en la música española?
- Más que la música la que estaba en horas bajas era la Argentina y por supuesto que eso influye en todo y España es un país donde todo argentino se siente como en casa. Si hemos influido no lo sé, pero ayudado seguro.

Has acompañado como teclista a muchos de los grandes de este país, pero nunca has vuelto a involucrarte en un grupo de manera estable, ¿por qué?
- Tal vez porque el día a día me fue llevando y nunca aparecía el tiempo necesario, pero es algo que haré en algún momento ya que tengo varias cosas en el cajón.

Has colaborado con muchísimos artistas y de diferente manera. ¿Qué prefieres: tocar, componer o producir?
- La verdad es que amo las tres cosas porque dentro del pack que es la música son tres placeres distintos pero placeres al fin, y ya que se me dan los disfruto.

¿Hay algún artista con el que no hayas trabajado todavía y te gustaría hacerlo?
- Por supuesto que hay muchos, especialmente en el mundo anglosajón, por lo que sería bastante raro o especial que se diera.

¿Nos dirías con quién te has sentido más a gusto trabajando?
- La verdad es que he tenido la suerte de trabajar casi siempre dentro de un estilo musical bastante afín a mis gustos y casi siempre con amigos. Por ejemplo Miguel Ríos, Ariel Rot, Jorge Drexler y ahora con Andrés Calamaro que ¡nos conocemos de hace 20 años!




¿Con qué estilo de música te sientes más cómodo?
- Rock y pop en sus distintas variantes.

Supongo que durante tu carrera musical debes haber acumulado una gran cantidad de anécdotas… ¿Nos contarías alguna?
- En los ochenta era una época fuerte de mi grupo de aquel momento, Enanitos Verdes, y en el festival de Viña del Mar, ante 25.000 personas, sólo me distraía la coincidencia de tener en primera fila al gran George Martin, productor de los Beatles. Pudimos conocerle además de tocar para él.

Si te dieran a elegir, ¿con qué época musical te quedarías y por qué?
- Estoy entre los 60 y los 70 ya que ahí se inventó todo lo que nos ha marcado e influido.

¿Cómo ves la situación de la música actual? ¿Crees que está en crisis el panorama musical? ¿Por qué?
- Me sale esta respuesta: ufffff… Se entiende, ¿no?

¿Cómo te ves dentro de unos 6 ó 7 años?
- No lo sé… espero que vivo, que ya es bastante…

¿Has pensado alguna vez en grabar tu propio disco cómo solista?
- No, pero algo editaré algún día. ¡Ya está! Dentro de 6 o 7 años… (Risas)

Aparte de la música, ¿tienes algún hobby?
- Ninguno en especial.

¿Nos recomiendas algún libro interesante que hayas leído últimamente?
- Una sombra ya pronto serás, de Osvaldo Soriano.

Dinos algún concierto al que hayas asistido últimamente como público y que nos recomiendes.
- Vi a Police en Buenos Aires y me gustó.

Para terminar, ¿con quién te tomarías una copa?
- Con vosotras, después de todo lo que me habéis hecho pensar… (Risas)

Gracias por tu tiempo Tito, hasta pronto.

sábado, 7 de junio de 2008

Una copa con...Alfredo Piedrafita (Barricada)

"Los roqueros tenemos una bocaza enorme y decimos que queremos morir encima de un escenario pero no queremos morirnos. Queremos seguir muchos años al pie del cañón".




Barricada es una de las bandas más importantes y más influyentes del panorama roquero estatal de las últimas décadas.

Una copa con... tuvo la oportunidad de charlar con Alfredo Piedrafita sobre estos intensos veinticinco años.


Entrevista: Sonia San Román


Fotos: Carmen Beltrán, http://www.foto67m.es/, http://www.i142.photobucket.com/, http://www.barricada.com.es/


Según tengo entendido los inicios de Barricada comenzaron en 1982, en el barrio de la Txantrea, dando un concierto sin escenario, en el suelo, con el público rodeándoos. Y para celebrar vuestro 25 aniversario elegisteis el mismo lugar y la misma forma anunciándolo con sólo dos días de antelación. ¿Qué quisisteis y qué queréis seguir diciendo con esto? ¿Que seguís estando a la misma altura del resto de la gente? ¿Que los escenarios no os han puesto por encima de nadie?
-Eso no es del todo cierto. El primer concierto de todos sí que tuvo escenario. Yo no estaba aún con ellos pero sí entre el público porque vivía en la plaza en la que tocaron. Y en cuanto a que si tocar desde el suelo pretende significar que los escenarios no nos han encumbrado yo creo que eso ya está suficientemente dicho. La primera idea de todo eso era hacer un concierto nosotros solos. Llegar ahí sin avisar a nadie y estar los cuatro, montar el equipo y estar nosotros cuatro tocando ahí un par de temas y tal. Lo que pasa es que luego también entendíamos que había mucha gente a la que le gustaría estar ahí, ¿no? Por eso lo anunciamos un par de días antes en nuestra página web y la verdad es que se petó. Se puso de gente hasta arriba. Era una gozada ver cómo cerraban la ikastola que hay al lado para que los chavalillos vinieran a vernos; cómo había gente que había estado en el concierto hacía veinticinco años y ahora estaban ahí otra vez con sus niños y todo eso. La verdad es que fue muy entrañable.

Según he leído en Internet, vuestro primer disco fue grabado al año siguiente de esto, en sólo dos días y que fue producido por Ramoncín. Pero me han dicho que también me tendrías que corregir.
-No, Ramoncín no lo produjo realmente. En aquella época había buena relación con él y se ofreció a venir y a estar un par de días por aquí porque él tenía más experiencia con eso de los discos. Es un disco que se grabó en dos días en un estudio de La Txantrea y Ramoncín tocó la armónica en una canción. Luego todo aquello no sirvió para nada y hubo que volver a grabarlo otra vez, por lo que Ramoncín ni siquiera toca ahí. Lo que pasa es que todavía él se piensa que toca, pero no. Por si no lo sabe, tal vez ésta sea una forma de que se entere de que el que toca es otro.

Había oído que el Drogas (Enrique Villareal) decía de este trabajo que era el carajillo hecho disco.
-Sí, es verdad. Un disco en dos días era lo que había entonces y para nosotros era un lujo. Pero ya te digo que se volvió a repetir grabándolo en Donosti y ahí creo que ya fueron cuatro o cinco días con mezclas y todo.

Cuando sacasteis el disco las cosas cambiaron mucho:
Sergio Osés, que estaba en la formación inicial, abandonó el grupo por culpa de la mili y le sustituiste tú. Y vuestro batería, Mikel Astrain, murió de un derrame cerebral, lo que hizo que entrara en el grupo Fernando Coronado. ¿Cómo recuerdas estos momentos?

-Yo creo que es el momento más duro de estos veinticinco años. Los roqueros, que tenemos una bocaza enorme, siempre decimos que queremos morir encima de un escenario y eso es una mentira como una casa. No queremos morirnos, queremos seguir ahí y estar muchos años al pie del cañón. Y encima lo más duro fue que a Mikel el derrame cerebral le dio en un concierto en Artajona (Navarra), lo llevamos al médico en mitad del concierto porque se desmayó. Nos dijeron que había sido un corte de digestión y al día siguiente volvimos y repitió el concierto entero. Justo fue terminar la última nota del bolo y cayó desplomado. No llegó a despertarse. Estuvo en coma hasta que lo operaron y murió. La verdad es que sí, es el momento más duro de todos.

En el 84, el mismo año que murió Mikel, Rosendo os produce Barrio Conflictivo en el que se incluía el tema Pon esa música de nuevo como homenaje a vuestro compañero. Al mismo tiempo fuisteis elegidos el mejor grupo de Navarra. Supongo que esos momentos serían bastante agridulces, ¿no?
-Sí, pero también fue algo muy emotivo. Nosotros todavía no nos habíamos recuperado de ese golpe tan duro pero lo tuvimos claro porque sabíamos que estábamos haciendo lo que él hubiera querido, que la historia siguiera para adelante y que no se acabara. Y lo de Rosendo pues sí. En ese disco la verdad es que todavía no ejerce de productor pero nos quedamos alucinados porque habíamos coincidido un par de veces con él y le dimos un toque para ver si se venía pero pensando que nos diría que no. Y resulta que nos dijo que sí. Se cogió el Escarabajo verde que tenía y apareció en Donosti. Estuvo unos días allá con nosotros y la verdad es que es un encanto. A partir de ese momento empezamos a crear más todavía.

En los discos posteriores sufristeis en primera persona el peso de la censura. Si no me equivoco en el No hay tregua pretendieron censuraros ocho temas que vieron la luz gracias a Rosendo, en el No sé qué hacer contigo censuraron la canción Bahía de Pasaia y la canción En nombre de Dios del disco Pasión por el ruido. Creo que si no la hubieran censurado hubiera dado título al disco, ¿no?
-Sí, teníamos pensado haber llamado al disco En nombre de Dios. Pero al final la historia se volvió un poco contra ellos porque esas dos canciones probablemente hubieran pasado más desapercibidas. Basta que nos las hubieran censurado para que la gente quisiera escucharlas más. Entonces nosotros hicimos una grabación de un directo y les pasamos una cinta a DDT, una gente de Gasteiz, y ellos sacaron el single pirata que tuvo un movimiento de la hostia. Con el No hay tregua lo que pasó es que nos habían traído un director que era argentino y entonces no nos entendíamos bien con el idioma. Nosotros en una canción decíamos: mi chupa y nada más y él nos decía: pero, ¿cómo podéis decir me la chupa y nada más? ¡Eso no se puede decir en una canción!
(risas). Era todo una cuestión de idioma. De hecho creo que la única que no quería censurar era la de No hay tregua. Decía que eso le parecía correcto. Hubo una especie de lío de esos pero finalmente salieron todas las canciones como queríamos. Bueno, nos sirvió también para decir, con esta compañía discográfica no queremos saber nada más.

En los años 90 os llegó un rotundo éxito de ventas: disco de oro por el Doble Directo y disco de platino para Balas Blancas y para Por instinto. ¿Eran aquellos mejores tiempos para el rock que los actuales? ¿Qué diferencia encontráis entre el público de entonces y el de ahora?
-En esa época, cuando un grupo de rock llegaba a vender más de 100.000 discos como fue nuestro caso es porque se te había sumado otro tipo de gente. No era sólo tu gente. Eran personas que oía la canción de Blanco y negro en la radio e iban al concierto. La mayoría de esa gente normalmente desaparece. Los fieles nuestros estaban entonces y siguen ahora.

¿Qué cambios musicales incorporasteis en La Araña, en Insolencia o en Salud & Rock and Roll y cómo creéis que los aceptó el público?
-Pues de culo, porque ahí empezamos a tocar menos. Vino el bajonazo de conciertos y de ventas de discos. Pero bueno, nosotros lo teníamos muy claro. Era un riesgo que sabíamos que asumíamos y lo asumimos. Siempre supimos que la carrera de un grupo de rock, cuando pretende ser larga, tiene que tener altibajos. Yo estaba convencido de que ese era uno de esos momentos bajos y que el grupo podía subir arriba otra vez y, de hecho, así ha pasado.

Con Acción Directa volvéis al sonido de siempre y eso casi os vuelve a llevar al disco de oro.
-Sí, ahí se volvó a los directos también. Eran más contundentes y, bueno, luego un poco con la filosofía del grupo siempre de trabajar y de trabajar y de trabajar ahí la llevamos más a cabo todavía. Cuando tienes que pelearte más las cosas, cuando le pones más énfasis a todo es cuando la gente más lo nota.

En 2002 Fernando Coronado fue sustituido por Ibi (Ibón Sagarna) hasta la actualidad. ¿Qué supuso para Ibi entrar en un grupo ya tan importante y consolidado como Barricada?
-Él lo vivió alucinado. Él siempre dice que ha vivido Barricada desde los dos lados: desde la parte del público y desde la parte del grupo. Entonces él se quedó alucinado cuando le dimos el toque. Él decía: ¡pero si este es un grupo con el que yo he crecido! Y él encantado de la vida. La verdad es que a nosotros nos dio un subidón muy grande la historia de Ibi porque las relaciones con Fernando ya no estaban bien para entonces y eso se notaba en los discos y en los directos. Se notaba en todo. Así que se decidió cortar por lo sano y empezar de nuevo. Ahí fue donde el grupo comenzó a remontar otra vez.


¿Qué sentisteis cuando os sacaron el disco homenaje Un camino de piedras? ¿Os sentisteis mayores?
-Mayores sí, aunque mayores ya nos sentíamos, ¿eh? (Risas). La verdad es que muy emocionados porque se hizo un disco con diecisiete temas o algo así y había tal cantidad de grupos de todo el país que querían participar que se podrían haber hecho tres discos perfectamente. Y eso para nosotros es un orgullo. No quisimos meternos en la elección de los grupos. Eso lo hizo Kutxi (Romero) porque somos amigos de todo el mundo y no tenemos por qué ir diciendo tú sí o tú no. Entonces le dejamos hacer y el resultado para nosotros fue muy bueno.


Ahora estáis inmersos en la gira Otra noche sin dormir con Rosendo y Aurora Beltrán. ¿Qué tal está resultando?
-Bien, bien. La verdad es que está resultando muy bien, tanto a nivel de público como de cómo nos lo estamos pasando nosotros, entre las tres bandas. Es una historia de unas cuatro horas que se pasa en un momento porque la verdad es que no hay cambios entre grupo y grupo. No hay esperas de éstas horribles que no nos gustan a ninguno. Hay momentos acústicos, hay momentos donde unos tocamos canciones de otros y así, aparte del concierto de cada uno. Está funcionando muy bien. La gente está disfrutando mucho. Es una de esas cosas que, lógicamente, no se puede estar haciendo toda la vida. La historia está en que el que lo ve o quiere verlo o lo ve este año o seguramente no lo vuelva a ver nunca.


Y por último, ¿con quién te tomarías una copa?
-Yo con cualquiera. A mí me gustan las copas. De alcohol no, porque yo no bebo alcohol, pero podríamos brindar con agua. Me la tomaría con mi chica, con mis amigos, con los del grupo. Ya te digo que con cualquiera con el que esté a gusto.

domingo, 1 de junio de 2008

Una copa con... Marwan

"Creo que, a veces, las canciones están dentro de uno, y lo único que tengo que hacer es sacarlas, ir juntando las piezas, pegando los trozos que llevo conmigo"





Pocas veces la madrileña Sala Galileo ha registrado un llenazo tan impresionante como el que se vio durante el concierto de presentación del último disco de Marwan, Trapecista. "Estoy abrumado", dijo entonces, y desgrana ahora en una entrevista concedida a Una copa con qué supone para ese éxito y cómo vive la música.

Texto y fotos: Rosalía Sierra.

¿Quién es Marwan?
- Un chaval de 29 años que ahora mismo trata de vivir de la música y que trata de ser feliz, no mucho más. Definirme yo es difícil, pero soy básicamente un músico que trata de pasarlo bien.

¿Cómo defines tu música?
- Es muy variada. Tengo una raíz, una base, que es la canción de autor; luego, en la musicalidad meto de todo, desde la canción de autor más tradicional hasta reagge, hip-hop, tango y muchas más cosas. Se podría definir mi música como una especie de fusión de autor, con muchas influencias musicales mezcladas.

¿Te sientes cómodo en la etiqueta de cantautor?
- Sí, es perfecta para mí: soy cantautor. El término autor se utiliza como adjetivo a menudo: cine de autor, canción de autor, cocina de autor… Yo creo que, en general, lo que denota es un género, en el caso de la música, en que lo que prevalece es el mensaje, así que por supuesto que soy cantautor.

¿Por qué elegiste el nombre de Trapecista para tu nuevo disco?
- Casi toda la gente se cree que el trapecista es el que va por la cuerda floja con una barra, pero no: ése es el funambulista. El trapecista es el que se lanza en un trapecio por el aire y, cuando coge velocidad, salta, hace un giro mortal y se agarra a otro trapecio para no matarse, para no caer. En cierto modo, eso define lo que he hecho yo con este disco, que es de producción propia.

He puesto yo el dinero, todos los medios, he contratado a la persona que ha hecho el arte, a los productores, a un amigo que ha hecho la página web (http://www.marwanweb.com/), he compuesto la música y he hecho las letras… Todo el disco gira en torno a un grandísimo esfuerzo por mi parte, tanto económico como de tiempo y en todos los sentidos. Creo que, hoy en día, hacer algo así es un salto mortal, no verte apoyado y enfrentarte a una situación de gran inversión en todos los sentidos.

Por otra parte, todas las canciones, de un modo u otro, hablan sobre el equilibrio, ya sea uno que se acaba de romper, uno que ha llegado o una situación totalmente desequilibrada, como en el caso de Meninos da rua, que habla de la pobreza. Todas las canciones tienen, en cierto modo, pueden verse desde el punto de vista del equilibrio.

¿Y por qué sin discográfica?
- Porque lo que me ofrecían no me interesaba, simplemente. Tuve ofertas de multinacionales que no me compensaban. He hecho un esfuerzo tan grande con este disco que lo que obtenía si lo publicaba a través de una discográfica no me resultaría beneficioso. Tengo una base de público, de gente que sé que va a comprar el disco, y también tengo el trabajo que sé que va a ir bien, porque he tocado mucho y creo que seguiré haciéndolo. Los beneficios de un trabajo los debe obtener quien los ha sembrado, no alguien que no ha hecho nada. Si una discográfica te hace una oferta y lo primero que te dice es que no te va a hacer promo hasta que no vendas un número determinado de discos, pues no tiene ningún interés para mí.

Hay quien sostiene que los principales perjudicados por la piratería son las discográficas, no los autores. ¿Qué opinas?
- Hombre, depende del caso, pero desde luego son las discográficas las que se llevan la mayor parte del dinero, hasta el 80 o el 90 por ciento. Por eso, después de todo el trabajo que lleva un disco, dejar que yo, como autor, me lleve sólo el 20 por ciento, es algo con lo que no trago.

¿Vives de la música?
- Sí, desde hace unos meses.

Enhorabuena…
- Gracias. Podía haberlo intentado antes, pero tenía un trabajo muy cómodo, soy profesor de Educación Física y trabajaba de eso desde hace cinco años y además al lado de mi casa. Pero bueno, de momento me va muy bien.



¿Qué ha cambiado en ti desde hace cuatro años, cuando publicaste tu anterior trabajo, Los hijos de las piedras?
- Uf, un montón de cosas. Para empezar, aunque ambos discos están hechos con mucho amor, el anterior era mucho más ingenuo en todos los sentidos. No digo que sea peor, que lo es pero no por la ingenuidad de las canciones: esos temas pertenecían a un tiempo en que yo era más pequeño, tenía una situación de vida determinada y hacía las cosas de otro modo. Ese disco es perfecto para definir cómo era yo entonces. Trapecista es además un disco con producción totalmente profesional, y el otro era casi una maqueta, con menos calidad de sonido.

A nivel de actuaciones, de reconocimiento del público, pues también han cambiado las cosas. Me conoce mucha gente, he tocado y viajado muchísimo. Hace cuatro años daba conciertos básicamente en Madrid y salía a otros sitios puntualmente. Ahora me paso el día viajando, tanto por España como por el extranjero. El año pasado hice una gira bestial junto con Lucas, un cantautor amigo mío: estuvimos en Argentina, Rusia, República Dominicana, Francia y algún sitio más.

¿Qué actuaciones tienes previstas?
- Ahora mismo tengo una gira por Las Palmas, un par de conciertos en Barcelona y alguno más en Madrid. Luego, en octubre iremos a Grecia y luego haré una gira de presentación del disco por toda España y algunos países de Iberoamérica, terminando en Argentina.

¿Alguna anécdota que se pueda contar de tantos viajes?
- Bueno, algo gracioso que nos pasó en Argentina: publicaron una entrevista a Lucas y a mí en un diario de allí, y pusieron que nuestra música estaba influenciada por los principales autores hispanoamericanos, Sabina, Serrat y Ricky Martin. Cuando lo vimos nos moríamos de risa.

Y en serio, ¿cuáles son tus principales influencias musicales?
- Serrat y Sabina, por supuesto, aunque mi principal influencia desde el principio es Ismael Serrano, incluso antes me parecía muchísimo y todavía queda algo en mí de eso, en el estilo, en las letras y en la voz, pero actualmente escucho muchísima música de todas clases, sobre todo anglosajona, desde cantautores como Damian Rice o Ben Harper a otros más orientados hacia el pop o el rock, como Quique González o Iván Ferreiro. Y claro, a los de siempre: a Sabina, a Serrano, a Drexler… También muchos grupos de rock inglés y americano. Vamos, la verdad es que escucho de todo.

¿Con quién te gustaría compartir escenario?
- Con la que más me gustaría del mundo es Ismael Serrano. Hemos grabado una canción juntos en mi disco, y me gustaría cantarla con él sobre un escenario. También me encantaría cantar con Serrat y con Manu Chao, sería algo absolutamente brutal.

¿A qué quieres llegar en el mundo de la música? ¿Cómo te ves dentro de unos años?
- Yo quiero estar feliz, divertirme, seguir con las mismas ganas que tengo hoy que son las mismas que tenía hace cinco o seis años, cuando empecé a tocar en directo, y que, en la medida de lo posible, me salgan canciones bonitas, que a mí me emocionen y que emocionen a otros.

¿Qué te inspira a la hora de componer?
-A veces, ni me inspiro. Hay canciones que no tengo ni idea de dónde han venido. Por ejemplo, nunca pensé que escribiría un tema como Meninos da rua, y un día cogí la guitarra y directamente empecé (cantando) “naciste sobre un sucio trapo en tu casa…”, y me salieron tres o cuatro frases seguidas, tal cual, del tirón, que me parecieron increíbles y decidí seguirlas. Me di cuenta de que se adaptaban a la vida de los niños de la calle de Brasil, y en dos tardes tenía la canción. Lo mismo me pasó con Adolescente, que empecé a cantarla sin más, o El próximo verano.

Eso me hace pensar que, a veces, las canciones están dentro de uno, y en realidad lo que tengo que hacer es sacarlas, juntar las piezas, los trozos de canción que tengo dentro, los encuentro y los voy pegando.
Aunque sí hay canciones más buscadas, como Mi paracaídas, aunque tampoco mucho, no sé. Las más buscadas son las más nuevas, como la que le hice a mi madre, o la de mi padre, que surgió después de una charla que tuve con él, que pensé “voy a escribirle un temazo”.
Hay veces que tengo una idea pero no sé hacia dónde me va a llevar. Es difícil explicarlo, pero creo que, en general, cuando más busco, peor compongo (risas).

¿Qué opinas del panorama actual de la música? ¿Hay crisis?
- Depende de qué entendamos por música. Hay algunos para los que la música es la industria, y a mí, que la industria se vaya a pique, pues la verdad es me da igual, me da igual porque música va a seguir habiendo. Se dice en los medios de comunicación que la música se muere: ni hablar, nunca ha habido más música, más conciertos y más artistas en España, jamás. La gente sigue yendo a conciertos porque la música interesa, cada vez aparecen mejores cantantes y hay más canales de difusión, como internet. En este sentido, creo yo, la música tiene muy buena salud. ¿Cuál es el problema? Que no hay apoyo de las discográficas. Hoy en día, grabar un disco cuesta mucho y, como hay piratería, es difícil que compense el gasto que se hace.

Luego, programas como Operación Triunfo perjudican hasta cierto punto, porque son hamburguesas musicales, no aportan nada a la música. Claro que tiene que haber triunfitos, pero que no sean lo único que llena las listas.

Alguien que quiere abrirse camino en la música, ¿lo tiene más fácil ahora o era mejor antes?
- Depende de las ganas que tenga. Siempre es difícil. Yo he tenido la suerte de tener un trabajo y vivir en casa de mis padres hasta que he podido ahorrar para grabarme un disco, que cuesta mucho dinero. Salir adelante es difícil, vivir de esto es difícil. Muchos bares organizan conciertos y quieren que toques, pero económicamente no ofrecen lo que yo creo que vale una actuación.
Creo que el que es constante y sabe lo que quiere, al final obtiene frutos. Hay que tener fe y ser muy trabajador.

Para terminar, tres cuestiones rápidas: recomiéndame un libro.
-Océano Mar, de Alexandro Baricco, porque te transporta.

¿Una película?
-El marido de la peluquera, porque te mata. Hay escenas tan tremendas que no te lo crees, no te puedes creer que haya tanta poesía, tanto amor.


Y por último, ¿con quién te tomarías una copa?
- Con mis mejores amigos.