domingo, 2 de diciembre de 2007

Una copa con... Álvaro Urquijo

Entrevista: Ana Beguería
Fotos: Raul García

Cuando se abren las puertas de la furgoneta, bajan de ella 30 años de historia de la música española, y eso, quieras o no, impone un poco.

-Hola -dice- soy Álvaro.
Nos dirigimos hacia los camerinos, en uno de ellos pone "Artistas", - este no debe ser - bromea.

Él toma agua, yo cerveza. Comenzamos.

Ana Beguería: Álvaro, lo primero de todo. ¿Qué tal la gira?
Álvaro Urquijo: Pues muy bien. Bueno, la verdad es que gira o no gira, estamos todo el año trabajando. Unas veces trabajamos en estudio y otras veces en directo, pero trabajamos todo el año. Y la verdad es que muy contentos. Yo no creo que podamos quejarnos de nada.

Ana: Lleváis 27 años…
Álvaro: 28 en realidad, lo que pasa es que lo comentábamos el otro día, hablando con la compañía, que van a sacar un recopilatorio más, como de costumbre, que es normal ¿no? Cuando llevas una carrera muy dilatada, que las canciones que nos pusieron en su día en órbita, por así decirlo, estaban compuestas hacía un par de años antes de su edición…

Ana: O sea, que realmente son canciones de hace 30 años.
Álvaro: Sí, suena muy fuerte, pero en realidad para mí, tampoco ha pasado tanto tiempo, pensando en que hay tradiciones musicales anglosajonas, que llevan 60 años de tradición de rock o de jazz, de que empezó siendo un germen, ahora llevan muchísimos años entendiendo la música como algo cotidiano. Padres que se lo transmiten a sus hijos, guitarras en casa, cosas que aquí en mi época no eran muy normales. En realidad nosotros cogimos parte de una cultura musical de un país y lo de 30 años es lo de menos. Creo que a nadie le preguntan por ahí afuera, a Neil Young o a los Rolling que cómo es que llevan tanto tiempo. Creo que es algo más natural.

Ana: Pero cuando se lleva tanto tiempo, por una parte vuestros seguidores os pedirán una cierta innovación, y por otro lado os pedirán que sigáis fieles a vuestro estilo. ¿Cómo se combina eso? ¿Con qué te quedas?
Álvaro: Bueno, tienes que dosificarte un poco e intentar complacer a todos, pero pensando en la mayoría. Como público, yo que he asistido a muchos conciertos, he visto ídolos míos que cuando llegan a tu ciudad, te ponen solamente el último trabajo, y se centran demasiado en su vertiente última. Y de se olvidan de que la gente que ha pagado su entrada o ha ido a verlos, es la que manda, es el 50 % del show. Nosotros pensamos un poco en eso, en hacer un pequeño balance de nuestra historia, y esperamos complacer a todo el mundo. Aunque a veces es muy difícil, porque no podemos tocar casi 200 canciones.

Ana: Cuando yo fui a una discoteca la primera vez con 12 años, sonó Déjame. Ahora voy a una discoteca y sigue sonando Déjame. ¿Cuál es el secreto para hacer una canción inmortal?
Álvaro: Si lo supiera… Es un misterio. Si intento buscarle un significado…, la gente, por ejemplo, y me refiero a la gente de la calle, la gente de a pie, no a los profesionales, ni a la gente que tiene una forma de escuchar música distinta, como productores, ingenieros o los músicos. Bien, pues la gente normal y corriente que adora la música tiene en su cabeza ciertos parámetros de gusto. Es como la belleza, las chicas, las modelos, por ejemplo, es muy difícil que alguien te diga que son feas, no. Todo el mundo coincide en que son guapas. Hay a quién le gusta más, a otros menos, pero todos coinciden más o menos. Cuando se dan esos parámetros para que algo guste a una mayoría, salen estas canciones, que calan en un colectivo, y eso nadie sabe por qué es. Es una cuestión que nunca se podrá averiguar, porque aunque todo esté cambiando, hay unos pilares que se mantienen siempre, y lo que esté más cerca del gusto general, suele funcionar. Pero no siempre das con ello, y tampoco se busca. La gente lo que pide es que sea natural y espontáneo, no que vayas a comerles la cabeza con una canción porque lleva un determinado tempo por ejemplo. Cuando sale, sale y ya está.
Ana: Si ahora tuvieras 16 o 17 años ¿Crees que podrías llevar la misma trayectoria que has llevado? Porque el panorama musical ha cambiado bastante.
Álvaro: Pues seguramente no, porque tendría otra educación, y tendría otra valoración de lo que es el mundo de la música. Yo lo he contado mil veces, que cuando empezamos, lo hicimos pero no para ganarnos la vida, porque de la música no se podía ganar la vida uno, hasta el 84 u 85 que empezó a haber algo más de organización en torno al negocio. Ganábamos poco dinero y era para equipos, para guitarras. Teníamos un equipo muy malo porque no había cultura de ese tipo de materiales. Ahora vas a una tienda de música y te puedes comprar por pocos euros una guitarra y un ampli, pero entonces no era posible. El tema de tener 16 o 17 años en la música era como el que hacía panfletos anti franquistas , era hacer algo como minoritario, prohibido y que te envolvía y enamoraba. Y ese calorcito y ese amor que tenía la música entonces movía montañas. Ahora lo que mueve montañas son los intereses económicos y audivisuales.

Ana: Sin embargo en los años 80 había muchos grupos y todos vendían. Ahora no vende ninguno, ¿sólo tiene la culpa internet, o es que la gente tiene menos cultura musical?
Álvaro: Bueno, no vendían en los años ochenta. Yo creo que vendían en los noventa, si quieres a finales de los ochenta. Para que te hagas una idea, nosotros con el Déjame, vendimos 15.000
discos o un poquito más, y eso hoy en día sería un fracaso y por aquel entonces era un éxito. Todo cambia, vender 50.000 copias era algo inaccesible, como ahora vender 1.000.000. Era otro tipo de público, la gente no compraba discos. Luego pasó a comprarlos y ahora han dejado de comprarlos. Hemos vivido ya épocas muy parecidas en el tiempo.

Ana: Todo es cíclico ¿no? Ahora parece un delito gastarse el dinero en música, o en ir a un concierto.
Álvaro: Bueno, los conciertos, depende de cómo hayas sembrado tu camino. El público es el 50% de un espectáculo, el 50% de un grupo. Y no tu público, sino el público en general. Y a ellos te debes y hay que intentar dejarles felices y contentos y si ellos lo son tú también lo eres. Es como una relación de pareja, tanto das, tanto recibes. La gente que solamente recibe porque es el negocio lo que prima, termina agotando su filón, y termina desapareciendo o denostado porque ha salido otra cosa más de moda y se ha quedado olvidado. Pero si vas haciendo poco a poco y ganando adeptos, es otra cosa. Yo como público, si algo me gusta, pues convenzo a 6 o 7 personas, lo pongo en mi coche, lo pongo en mi casa. A veces el boca a boca mueve muchas más montañas que los medios, lo que pasa es que hoy en día las bocas están cerradas por los medios.

Ana: Bueno, en estos momentos, se está llevando mucho, con amigos, el tema de internet, los myspaces. La gente allí se publicita, vas pasando de uno a otro. ¿A ti que te parece?
Álvaro: Me parece bien. Creo que negarse a la evidencia es un poco retrógrado. De la misma manera que a mi padre le parecía una locura que sus tres hijos se dedicaran a algo que no existía - es como si ahora tuviera tres hijos de edades entre 14 y 20 años y me dijeran que van a sembrar en Marte cebollinos galácticos -, les diría: estáis tontos o qué. Pero a lo mejor, eso se hace. Entonces yo no puedo decir que lo que a mí me parece extraño o raro, no lo debe ser tanto.

Ana: Aquí caben 15.000 personas. ¿Tú qué prefieres estos escenarios o los teatros?
Álvaro: Depende. Yo creo que los teatros, si le coges el truquito y sabes encajar… Es muy fuerte al principio, muy duro porque juegas con la oscuridad más profunda, y eso te da mucho corte. En los grandes espacios la calidad del espectáculo se ve más de lejos, es algo más masivo. Pero tiene también su aquél. Yo creo que tiene que haber de todo. Es como el cine, la televisión, la música. ¿Qué prefieres? Yo prefiero todo, mientras me guste y se haga bien.
Ana: Esta noche compartís escenario con Nacha Pop. ¿Con quién os gustaría compartir escenario y no lo habéis hecho?
Álvaro: Yo he colaborado con mucha gente, pero compartir escenario es más complicado, porque es un jaleo, de montaje, desmontaje. Hay cosas que son complicadas de coordinar, a no ser que lo hagas conjunto desde un principio. Pero a mí, me gustaría con cualquiera. Cualquier grupo se merece mis respetos.

Ana: La última pregunta obligada. ¿Con quién te tomarías una copa?
Álvaro: Pues lo mismo. Con cualquier persona que me dé buen rollo. Creo que los amigos y los no amigos es una cuestión de conocimiento. Puede haber mucha gente que podría ser tu amigo y no la conoces. Para mí, conocer a gente, o tomar una copa con un amigo lo disfruto igual. Lo malo es que la copa se haya metido tanto en la cultura y la tradición porque en realidad no es bueno beber.

Ana: Bueno, una coca-cola.
Álvaro: Una coca-cola, sí.

Ana: Álvaro, ha sido un placer.
Álvaro: Lo mismo digo


6 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buena si señor!

Anónimo dijo...

Anita! guapiiiisima!! genial entrevista!! y sales muy guapa en la foto, jeje!

ers toda una profesional!!!

gracias por hacernos llegar una parte de los secretos, a mi tambien me encaaaaaaaantan!! genial!!

lunallena dijo...

Tú lo sabes. Álvaro Urquijo es una de mis debilidades. Te quedó muy bien la entrevista. Besos,

Toño

Anónimo dijo...

Qué fácil lo haces, Ana, y mira que es difícil conseguir eso.

P.D.: Me hace gracia que el archivo de la foto se llame "buena.jpg". Eso es que había una mala, je, je...

Romano dijo...

Felicidades por la nota Ana,,,
Grata sorpresa,,,,

Saludos a todo el equipo desde Buenos Aires,,,

VICTOR ALFARO dijo...

Gracias Ana por acercarnos a Álvaro Urquijo.
un gran abrazo