Entrevista: Sonia San Román
Fotografías: Mark Ostrowski (foto en blanco y negro) y el resto proporcionadas por David González.
-Si no me equivoco, acaba de salir tu último libro En las tierras de Goliat. ¿Qué representa este título? ¿Contra qué gigantes luchas con tus poemas, David?
El título viene a representar mi sentimiento de soledad, cada vez mayor, ante el mundo, la sociedad, la vida en general. Es decir, me siento igual que si estuviera detrás de las líneas enemigas, sin casi nadie en quien confiar y cada vez más alejado de los intereses en los que parece moverse la mayor parte de la gente. De ahí el juego con el Goliat y el David bíblicos con una diferencia: yo, a diferencia del David bíblico, voy a perder en mi lucha contra Goliat.
Los gigantes contra los que lucho son los mismos contra los que luchaba don Quijote: molinos de viento. Y bueno, ya sabes cómo terminó sus días el Quijote, ¿no?
-¿En qué momento de tu vida sentiste la necesidad de escribir y por qué?
La necesidad de escribir la he sentido desde siempre. Pero, a mi juicio, para escribir, primero necesitas tener algo sobre lo que escribir, algo que contar, y en mi caso, ese algo fue mi paso por la cárcel. Comprendí que tenía que escribir lo que había visto y sufrido allí dentro, pues la mayor parte del material que se había escrito sobre la cárcel no se ajustaba a lo que yo había experimentado allí dentro. Y comprendí que debía escribirlo, pero escribirlo de tal forma que me ajustara a la verdad y a la realidad y que al mismo tiempo fuera arte, es decir, que lo que escribiera sobre el tema no se quedara solo en la mera anécdota. Luego todo consistió en aplicar esos mismos términos a mis demás experiencias vitales. ¿Por qué? Bueno, creo que la verdad, como ya he dicho en más ocasiones, es el sustento de la poesía. No el verismo, la verdad inapelable. Porque eso, de algún modo, podría serle de utilidad a mis lectores, caso de que se encontraran en circunstancias similares o parecidas a la mía.
El título viene a representar mi sentimiento de soledad, cada vez mayor, ante el mundo, la sociedad, la vida en general. Es decir, me siento igual que si estuviera detrás de las líneas enemigas, sin casi nadie en quien confiar y cada vez más alejado de los intereses en los que parece moverse la mayor parte de la gente. De ahí el juego con el Goliat y el David bíblicos con una diferencia: yo, a diferencia del David bíblico, voy a perder en mi lucha contra Goliat.
Los gigantes contra los que lucho son los mismos contra los que luchaba don Quijote: molinos de viento. Y bueno, ya sabes cómo terminó sus días el Quijote, ¿no?
-¿En qué momento de tu vida sentiste la necesidad de escribir y por qué?
La necesidad de escribir la he sentido desde siempre. Pero, a mi juicio, para escribir, primero necesitas tener algo sobre lo que escribir, algo que contar, y en mi caso, ese algo fue mi paso por la cárcel. Comprendí que tenía que escribir lo que había visto y sufrido allí dentro, pues la mayor parte del material que se había escrito sobre la cárcel no se ajustaba a lo que yo había experimentado allí dentro. Y comprendí que debía escribirlo, pero escribirlo de tal forma que me ajustara a la verdad y a la realidad y que al mismo tiempo fuera arte, es decir, que lo que escribiera sobre el tema no se quedara solo en la mera anécdota. Luego todo consistió en aplicar esos mismos términos a mis demás experiencias vitales. ¿Por qué? Bueno, creo que la verdad, como ya he dicho en más ocasiones, es el sustento de la poesía. No el verismo, la verdad inapelable. Porque eso, de algún modo, podría serle de utilidad a mis lectores, caso de que se encontraran en circunstancias similares o parecidas a la mía.
-¿Cuáles fueron los autores que más te influyeron y cuáles siguen influyéndote?
La lista sería interminable. No sé… desde Whitman o Carl Sandburg, hasta Bukowski, Hubert Selby Jr o Carver, pasando por los autores de la Beat Generation o gente como Nazim Hikmet, Roque Dalton o Raúl Núñez…autores que siempre me influirán y a los que en los últimos años cabría añadir gente como Tonino Guerra, C.K.Williams, Carolyn Forché, Sharon Olds, Denise Duhamel o Luís J. Rodríguez…Pero ya te digo, la lista sería interminable, pues también me han influido y me influyen desde cantaores de flamenco como Tony el Gitano o Camarón de la Isla hasta grupos de rock como Barricada, Leño, Burning o Marea, por citar solo unos ejemplos…En realidad, pienso que las influencias de un poeta abarcan desde la poesía a la música pasando por los cómics, el cine e incluso determinadas series o programas de televisión, o ya en nuestros días, videojuegos y demás.
-Tú ya eres un referente en la poesía alternativa en este país. Escuchándote en directo uno tiene la sensación de estar más cercano a un concierto de rock que a un recital poético ¿Crees que la poesía debe bajar de las alturas para entrar al bar?
Las alturas le producen vértigo a la buena poesía. De hecho, lo que yo entiendo por poesía ha de funcionar igual de bien en la cátedra de una universidad que dentro de un bar. La poesía no es o no debería ser privilegio de unos pocos, sino que ha de ser privilegio de todos y sobre todo privilegio de los más desfavorecidos de nuestra sociedad, y cuando esto no sucede así quiere decir que no nos encontramos ante verdadera poesía, ante poesía viva, sino ante literatura muerta, por mucho que ciertos poetas o ciertos medios de comunicación quieran hacernos creer lo contrario. Pero a estas alturas todos sabemos ya o deberíamos saber que lo que mueve al noventa por ciento de los críticos son intereses que poco a nada tienen que ver con la poesía; y de hecho, estoy convencido de que si a dichos críticos no se les cae la cara de la vergüenza es sencillamente porque no la tienen. Aún así me jode el daño que esta gente le está haciendo a la poesía; daño que se traduce en el alejamiento cada vez mayor entre el pueblo común y la verdadera poesía.
-¿Cuáles son los mejores y los peores momentos, literariamente hablando, desde tus comienzos hasta hoy? ¿Con cuál de todos los libros que has publicado estás más satisfecho?
Los peores momentos, al menos para mí, se producen cuando tengo un poema en la cabeza y no encuentro la manera de plasmarlo sobre el papel. También, en otro orden de cosas, cuando poetas de talento lo arruinan por venderse por un plato de lentejas, es decir, por un premio de mierda o por cosas por el estilo. La poesía, ya lo dijo Shalámov, es un sacrificio; sin embargo hay poetas que prefieren coger atajos y claro, la acaban cagando. He visto a muchos poetas así y, cuando se trata de gente de talento, pues me jode bastante; y si encima eran colegas míos, pues me jode más aún.
Los mejores momentos son siempre cuando estoy escribiendo un poema, y también cuando veo el fruto de mi trabajo editado en forma de libro. Esos primeros momentos en que tienes entre las manos, recién salido de imprenta, tu libro son impagables, al menos para mí.
El libro del que estoy más satisfecho es siempre el último y, si no es así, pues paso de intentar siquiera editarlo.
-¿Cómo ves el panorama de la poesía en España?
Habría que empezar por decir qué entendemos por poesía. Para mí una poesía que está alejada de los problemas humanos y sociales no es poesía. Es decir, está bien escribir sobre el amor y sobre el desamor, o sobre la naturaleza, pero siempre cerca de la realidad. O sea: no considero poesía la que habla de sentimientos que el poeta no siente. Por otro lado, lo que yo considero un poeta, no puede desatender los problemas o la causa de la gente más desfavorecida. En mi opinión, si un poeta no se identifica con la gente más humilde y, en cambio, se corre por figurar al lado de los poderosos, todo lo que escriba no me sirve ni para limpiarme el ojete, por muy bien escrito que esté.
Sin embargo, hay una poesía que se escribe desde los márgenes y que se publica en editoriales independientes que merece realmente la pena. Esta poesía cada vez tiene más lectores pues de un tiempo a esta parte se promociona en una red de blogs que se mueven al margen de la cultura oficial, que no de la cultura de masas, pues como sabemos las masas se están alejando de cualquier cosa que lleve el nombre de poesía, como cualquiera puede comprobar entrando en las librerías y viendo el espacio cada vez menor que se dedica a los poemarios. Esta poesía se está dando a conocer a través de los blogs y por ello casi procedería hablar de una “generación blogguera” que incluye tanto a poetas que empezamos a escribir cuando aún no disponíamos de la herramienta del blog como a poetas más jóvenes, algunos sin libros editados incluso, que están dando a conocer su obra por medio de los cuadernos de bitácora.
No sé, aunque me deje algún nombre en el tintero, no quiero dejar de mencionar a gente como Vicente Muñoz Álvarez, Antonio Orihuela, Enrique Falcón, Antonio Martínez i Ferrer, Lluís Pons Mora, Ana Pérez Cañamares, Mada Alderete, Deborah Vukusic, Ignacio Escuín, Lola Lugo, Safrika o tú misma si ir más lejos.
-¿Algún día encontraremos publicada una novela de David González?
Supongo que sí aunque para escribir la novela que yo tengo en mente aún necesito de unas experiencias vitales por las que todavía no he pasado… es decir, que no creo que esté preparado hasta que llegue, si llego, a los sesenta tacos o por ahí.
-Por último, la pregunta obligatoria de nuestra página: ¿con quién te tomarías una copa?
Me tomaría esa copa con cualquiera de mis colegas poetas, tanto los que he mencionado más arriba como otros que me han quedado en el tintero. Y si no fuera con alguno de mis colegas, me hubiera gustado tomar esa copa con Neal Cassady, aunque con Neal imagino que la cosa no se limitaría a una sola copa, sino que acabaríamos por ahí de doblete o de triplete, y que además la cosa no se limitaría a copas sino que terminaríamos metiéndonos de todo; pero sí, con Neal Cassady.
-Muchísimas gracias, David. Es un lujo que nos hayas atendido.
Gracias a vosotros, Sonia, colega.
3 comentarios:
Bienvenidos chicos,,,se los echaba de menos ya,,,
Cariños desde Buenos Aires
he disfrutado leyéndola
enhorabuena a los dos
Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día...Saludos.
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