Carmen Beltrán Falces (Logroño, 1981) Es Licenciada en Humanidades por la Universidad de La Rioja y miembro de la Asociación Cultural Planeta Clandestino, así como de su rama editorial, Ediciones del 4 de Agosto. Ha participado en diversos recitales organizados por el Aula Literaria de Logroño, el Ateneo Riojano, Ediciones del 4 de Agosto y la Asociación de Vanguardias Arnedanas Aborigen, así como en la Semana Negra de Gijón, en su edición del 2005; en el encuentro Cultura y Literatura no Spaço Iberico en la Universidad de Covilha (Portugal), también en el 2005; en el encuentro poético Voces del Extremo en Moguer, en su edición del 2006 y en las Veladas Poéticas de la UIMP, igualmente en el año 2006. Ha colaborado en las revistas literarias Portales, Fábula y Bart. Ha publicado los libros de poesía Prohibido jugar (CELYA, Salamanca, 2005) y Pecado original (Ediciones del 4 de Agosto, Logroño, 2007), así como poemas y relatos en libros recopilatorios como Materia prima (Ayto. de Logroño, 2002), Cuentos por encargo (Ayto. de Logroño, 2003) y Una palabra en la recámara (Ayto. de Logroño, 2004). Ha coordinado el libro La otra voz. Poesía femenina en La Rioja (Ediciones del 4 de Agosto, 2005) y su obra poética ha sido recogida en la antología La verdadera historia de los hombres (Eclipsados, Zaragoza, 2005). En la actualidad es la coordinadora del Aula Literaria de Logroño y de la revista literaria Portales.
Sonia ¿Qué significa ser poeta en los tiempos que corren?
Carmen. Entiendo que, como en cualquier otro momento de la Historia (siempre convulsa) y como cualquier otra manifestación artística, implicarse con el mundo en el que viva. La forma en que el poeta manifieste esta implicación dependerá de cada uno. Habrá quienes elijan crear belleza, evadirse, quienes elijan denunciar y mancharse de barro, quienes traten de combinar las dos cosas... Es imposible que uno se desligue de su contexto. Siempre se es testigo de algo. En términos prácticos, "comestibles", significa bien poco. La relevancia de las cosas en este contexto nuestro en el los audímetros son jueces implacables, se mide por la cantidad de gente a la que se es capaz de atraer. Y la poesía siempre será algo minoritario porque exige un esfuerzo que, por lo que se ve, poca gente es capaz de asumir.
S ¿La poesía sigue siendo un arma cargada de futuro o sirve demasiadas veces para alimentar egos?
C. La poesía sigue siendo un arma cargada de futuro... y no. La poesía habla de lo que no es visible por todos, inventa constantemente fórmulas de expresión, crea lenguaje, es un instrumento maravilloso. Y útil. Ese esfuerzo del que hablábamos, esa necesidad de inteligir lo no evidente muchas veces es un ejercicio mental fantástico. Pero volvemos a lo mismo, el espacio reservado a la poesía es demasiado pequeño. Y vivimos en un tiempo en el que lo que no se ve no existe. Lo que verdaderamente es un arma cargada de futuro hoy es la televisión. Y precisamente por eso, porque el espacio reservado a los poetas es ínfimo, hay auténticas guerras con sangre, codazos, sucias, por tratar de ocupar esos puestos. Los egos de los poetas parece que son muy grandes. Y digo parece porque la mayoría de los poetas a los que conozco, amigos, no parecen sufrir demasiado por los suyos. El problema, que no es patrimonio de la poesía, sino de cualquier acto humano que implique diálogo u opiniones divergentes (las artes, la política, las ideologías, el fútbol...), es que demasiadas veces algunos autores confían en una supuesta genialidad que por desgracia (o por suerte) no siempre es real y les gusta mucho escucharse a sí mismos, y como mucho a sus afines, y muy poco escuchar a los demás.
S ¿Cuándo te picó el aguijón de la escritura?
C. Muy prontito. Siempre me recuerdo escribiendo y dibujando, contando cuentos, leyendo todo lo que caía en mis manos... Había una cosa que hacía mucho y que era reescribir o añadir cosas en los márgenes de los cuentos que leía (imagínate, una mocosa reescribiendo a Andersen, por ejemplo) Y luego, me daba mucho gustito esa sensación de poder imaginar algo y poder luego plasmarlo en papel. Me parecía algo con unas posibilidades infinitas, algo que evitaría que me aburriera nunca... Y no me equivocaba demasiado.
S ¿Qué ha supuesto para ti la publicación de tu segundo libro, Pecado Original?
C. Siempre es bonito publicar, ver por fin en papel los escritos y que la gente los pueda leer (si no existiera esa posibilidad de comunicación entre autor y lector, el acto de escribir no sería completo) En este caso más incluso porque sale en la editorial a la que yo misma pertenezco y demuestra confianza de mis compañeros hacia mis textos (no somos muy dados a engañarnos entre nosotros) y comparto colección con poetas fantásticos que han sido muy generosos con nosotros. Además de esto, está la sensación, el gusto, de que está un poquito mejor escrito que el primero. Podrá gustar más o menos y eso ya no es cosa mía sino de quienes lo lean. Pero para mí, lo importante, es escribir cada vez un poco mejor y creo, modestamente, que eso lo logro.
Sonia ¿Qué significa ser poeta en los tiempos que corren?
Carmen. Entiendo que, como en cualquier otro momento de la Historia (siempre convulsa) y como cualquier otra manifestación artística, implicarse con el mundo en el que viva. La forma en que el poeta manifieste esta implicación dependerá de cada uno. Habrá quienes elijan crear belleza, evadirse, quienes elijan denunciar y mancharse de barro, quienes traten de combinar las dos cosas... Es imposible que uno se desligue de su contexto. Siempre se es testigo de algo. En términos prácticos, "comestibles", significa bien poco. La relevancia de las cosas en este contexto nuestro en el los audímetros son jueces implacables, se mide por la cantidad de gente a la que se es capaz de atraer. Y la poesía siempre será algo minoritario porque exige un esfuerzo que, por lo que se ve, poca gente es capaz de asumir.
S ¿La poesía sigue siendo un arma cargada de futuro o sirve demasiadas veces para alimentar egos?
C. La poesía sigue siendo un arma cargada de futuro... y no. La poesía habla de lo que no es visible por todos, inventa constantemente fórmulas de expresión, crea lenguaje, es un instrumento maravilloso. Y útil. Ese esfuerzo del que hablábamos, esa necesidad de inteligir lo no evidente muchas veces es un ejercicio mental fantástico. Pero volvemos a lo mismo, el espacio reservado a la poesía es demasiado pequeño. Y vivimos en un tiempo en el que lo que no se ve no existe. Lo que verdaderamente es un arma cargada de futuro hoy es la televisión. Y precisamente por eso, porque el espacio reservado a los poetas es ínfimo, hay auténticas guerras con sangre, codazos, sucias, por tratar de ocupar esos puestos. Los egos de los poetas parece que son muy grandes. Y digo parece porque la mayoría de los poetas a los que conozco, amigos, no parecen sufrir demasiado por los suyos. El problema, que no es patrimonio de la poesía, sino de cualquier acto humano que implique diálogo u opiniones divergentes (las artes, la política, las ideologías, el fútbol...), es que demasiadas veces algunos autores confían en una supuesta genialidad que por desgracia (o por suerte) no siempre es real y les gusta mucho escucharse a sí mismos, y como mucho a sus afines, y muy poco escuchar a los demás.
S ¿Cuándo te picó el aguijón de la escritura?
C. Muy prontito. Siempre me recuerdo escribiendo y dibujando, contando cuentos, leyendo todo lo que caía en mis manos... Había una cosa que hacía mucho y que era reescribir o añadir cosas en los márgenes de los cuentos que leía (imagínate, una mocosa reescribiendo a Andersen, por ejemplo) Y luego, me daba mucho gustito esa sensación de poder imaginar algo y poder luego plasmarlo en papel. Me parecía algo con unas posibilidades infinitas, algo que evitaría que me aburriera nunca... Y no me equivocaba demasiado.
S ¿Qué ha supuesto para ti la publicación de tu segundo libro, Pecado Original?
C. Siempre es bonito publicar, ver por fin en papel los escritos y que la gente los pueda leer (si no existiera esa posibilidad de comunicación entre autor y lector, el acto de escribir no sería completo) En este caso más incluso porque sale en la editorial a la que yo misma pertenezco y demuestra confianza de mis compañeros hacia mis textos (no somos muy dados a engañarnos entre nosotros) y comparto colección con poetas fantásticos que han sido muy generosos con nosotros. Además de esto, está la sensación, el gusto, de que está un poquito mejor escrito que el primero. Podrá gustar más o menos y eso ya no es cosa mía sino de quienes lo lean. Pero para mí, lo importante, es escribir cada vez un poco mejor y creo, modestamente, que eso lo logro.
S ¿Qué es lo mejor y lo peor que te ha pasado desde que iniciaste tu andadura como escritora?
C. Lo mejor, sin duda alguna, la gente que he encontrado en el camino (tú misma, Sonia, eres un ejemplo perfecto de eso) Lo peor, los momentos de atasco, cuando no escribo. Si son muy largos me angustio un poco.
S. Versos aparte, en tu vida personal, ¿qué elementos cotidianos consideras que son pura poesía?
C. Buff, prácticamente todo es susceptible de ser "poemable" (o no, depende del día claro) Las relaciones personales sobre todo. Son sin duda el motor de mi mundo. Las personas y sus peculiaridades. Si algo soy es una persona observadora. Me gusta mucho ver, escuchar... Pero también muchas otras cosas. La poesía nos persigue...
S ¿Coqueteas con la prosa?
C. Sí, claro. El problema es que, como lectora, me encanta que el autor se regodee en los detalles, se entretenga, me sepa transmitir esa especie de calma contemplativa, pero cuando escribo, mi escritura es mucho más urgente. Me pierdo un poco en las distancias largas. Así que muchos relatos acaban convirtiéndose en poemas y muchos argumentos de novelas en microrrelatos. Pero confío en ser capaz de escribir una novela en algún momento. No pierdo la esperanza.
S ¿Cómo ves el panorama de la creación poética en España?
C. Veo, como vemos todos, que se escribe mucho y que se publica mucho y que hay mucha gente muy interesante y otra mucha que no lo es tanto. Inevitablemente, aunque no es eso lo que me preguntas, pienso en todas las voces que se han quedado por el camino en generaciones o incluso en siglos anteriores. Podemos intuir quiénes serán los que quedarán en el futuro de nuestros contemporáneos, los que se estudiarán en los libros de texto y pienso en cuánto de accidental hay en que estén unos y no otros que escriben tan bien o mejor que ellos y en cuánto hemos perdido por el camino. Es una idea a la que no puedo evitar dar vueltas: cómo la Historia de la Literatura que estudiamos (y la Historia en general) se ha construido a base de accidentes.
S. Recomiéndanos un libro
C. Es una puñeta lo de recomendar sólo uno. Pero mira, ahora justo he acabado de leerme Paracuellos, un cómic de Carlos Giménez y es una auténtica joya. Un testimonio histórico válido, durísimo y tierno a la vez. Emocionante. Una pasada. Además yo, como uno de sus protas, de mayor también quiero ser dibujante de tebeos.
S ¿A qué autores admiras? ¿Cuáles son un referente en tu poesía?
C. No soy muy mitómana. Sólo tengo todos los libros de dos autores y ninguno es poeta. Uno es novelista y ensayista (Stefan Sweig) y el otro novelista gráfico (Joe Sacco). Me interesan los autores que saben mezclar géneros e incluso diferentes artes en sus propuestas. También me interesan los autores críticos con su tiempo, los implicados. La literatura es testimonio de la época en la que se escribe y me interesa sobre todo aprender, entender lo que sucedió. Y también sentir, por supuesto (para bien o para mal) Eso es básicamente lo que le pido a mis lecturas. Conscientemente ningún poeta es referente en mis poemas pero seguro que, inconscientemente, mis poetas favoritos están ahí: Gil de Biedma, Gabriel Ferrater, Goytisolo (José Agustín), César Vallejo, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Luis Cernuda..., pero también Quasimodo, Emily Dickinson, Rimbaud, Eugenio de Andrade, Auden... y otros muchos que me dejo. Aparte están nuestros contemporáneos (vivos), con muchos de los cuales he podido tomarme ya una copa (¡o más!): Iribarren, Orihuela, Piquero, Enrique Falcón, Eva Vaz, David González, Isabel Bono, Puerto, Tundidor, Pablo Casares, Parreño, Elena Medel... Y mis amigos poetas: tú misma ,Enrique Cabezón, José Luis Pérez Pastor, Odón Serón, Iñigo San Sebastián, Luis Rodríguez Lucas...
S ¿Con cuáles te tomarías una copa?
C. Pues repetiría con casi todos con los que he podido tomármelas ya. Y cada vez que me leo un libro y me gusta me tomaría una copa con su autor pero la verdad es que con quien más a gusto me tomo las copas es con mis amigos (y además así no me estropeo tanto el hígado...)
4 comentarios:
Pero cómo habla y cómo se expresa esta chica. Me ha gustado mucho la entrevista. Enhorabuena, me apunto el libro.
Soy un asíduo lector de vuestras entrevistas musicales y hoy me habéis sorprendido gratamente incluyendo esta conversación entre poetas.
No soy ningún entendido de literatura, pero la he leído con mucho interés y creo que esta charla entre ellas es una pequeña joya para el blog.
Enhorabuena a las dos! Enhorabuena al equipo!
Hace mucho tiempo dejé atras mis ganas de escribir poesia.. leer vuestra entrevista me ha despertado un poco el recuerdo.. la necesidad de escribir..
muchas gracias..!
Una entrevista genial ;)
Anda, si salgo yo (¡Gracias!).
"cómo la Historia de la Literatura que estudiamos (y la Historia en general) se ha construido a base de accidentes."
Además de ser una verdad (casi) absoluta, también es una gran vacuna contra la plaga del super ego. Importante frase.
" La poesía nos persigue..."
Pero casi todos vamos más rápido :S
Un placer compartir copas con ambas(esta ¡y la de la foto!)
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